miércoles, 17 de agosto de 2016

Cuestión de géneros


Por estos días se discute mucho en Colombia sobre lo que algunos llaman “ideología de genero”, termino acuñado en una serie de manuales de convivencia del Ministerio de Educación, que por razones que nunca sabremos terminaron en el dominio publico antes de que fueran aprobados o debidamente revisados. De acuerdo con un articulo en las2orillas.com, se puede definir la ideología de género como:

Una necesidad de separar los conceptos sexo y género, que corresponde, el primero, a una serie de características biológicas de los seres humanos que degenera en la diferenciación entre hombre y mujer (…) y el segundo, a la asignación de los roles considerados tradicionalmente como femenino y masculino.

Bueno, en lo que a mi corto alcance de visión respecta, el sexo, o sea la diferenciación entre hombre y mujer, es, ha sido y siempre será enteramente fisica o como dirían algunos, de carácter genital. Y es que con muy contadas excepciones, el ser humano nace hombre o nace mujer. Que durante el transcurso de su existencia muestre gustos diferentes a los de la mayoría (y quienes definen la “mayoría” suele cambiar con el paso de los años), no hace que ese hombre o esa mujer dejen de serlo. Algunos dirán que para eso están las cirugias, pero dicho recurso sólo disfraza el sexo con el que se nació, de la misma forma que se disfrazan las arrugas, aunque no siempre el resultado final sea agradable a la vista del resto.

¿Y qué hay entonces de los “otros” sexos? En el mundo en el que vivimos nos gusta ponerle nombre a todo, por eso se cae en la maña de definirle el sexo a las personas con apellidos (lesbiana, gay, transexual, bisexual, etc.) y aunque es cierto que a veces se usan con la latente intención de fastidiar, no siempre es el caso. Eso tampoco significa que estos “apellidos” deban usarse para distinguir el sexo de una persona, sino imagina la lista de opciones cuando en un formulario pregunten por el sexo… mejor aun, salvo que fuera para un historial clinico o para actividades muy especificas (y que cada día son menos frecuentes), que retiren esa pregunta de los formularios. Si finalmente lo que se persigue es la “igualdad” de genero o sexo, que mejor forma de hacerlo que dejar de etiquetarnos por cuenta del sexo con el que nacimos cuando de aplicar para un empleo, estudio u otros se trata. Esta practica terminaría por replicarse en los diferentes aspectos de la vida y al final tendriamos esa igualdad tan anhelada, igualdad nacida por el respeto al sexo independiente de los dichosos “apellidos”.

Para terminar, ¿será que estas comunidades denominadas como “minorias” están dispuestas a perder las prevendas y privilegios a las que como minorias el Estado les da derecho? Porque una vez obtenida esa igualdad, no cabría espacio a esa etiqueta de “minoría”, ¿no es verdad?

Foto tomada de FreePhotosBank.com (http://www.freephotosbank.com/10561.html). Autor: carlo sarnacchioli