No entiendo es en qué momento “todos” pasó a ser una palabra “excluyente”. De acuerdo a la RAE, una de las definiciones de “todos” es:
9. todas las personas
“Todas las personas”, esto es, sin distinción de sexo o género. Para no dar más largas, propongo un experimento práctico: Tomemos un grupo de hombres y mujeres y démosle la orden “todos a la derecha”. Mi apuesta es que nadie quedaría a la izquierda. Sin embargo, al dar la orden: “todas a la derecha”, es seguro que los hombres quedarían a la izquierda y las mujeres a la derecha. Así las cosas, la palabra “todas” resultaría mucho más excluyente que su contraparte y la explicación del por qué, la encuentro realmente simple: El uso de “todos” (sin más acompañantes) hace referencia a una unidad. Por el contrario, “todos y todas” refiere a dos grupos separados que por cualquier razón, no se mezclan.
Hace algunos años, una escritora que leía casualmente explicaba que para evitar escribir continuamente “niños y niñas” usaba el carácter “@”, de forma que “niñ@s” significaba para ella “niños o niñas”. ¿Será entonces que la solución es proponer el lema “Bogotá para tod@s”? La cuestión es ¿y eso como se pronuncia? No tengo idea. Otra solución podría ser usar el lema en inglés, “Bogotá for All”, donde el “All” significa “todos o todas”, seguramente quien inventó el idioma inglés fue un visionario que se anticipó a un posible debate por exclusión de género.
En mi opinión, más que una decisión tomada con argumentos gramaticales o de contexto, pareciera que alguien vio la oportunidad de hacer “populismo de género” aprovechando una petición interpuesta por una ciudadana que quizás se sintió vulnerada y excluida por el lema de la Alcaldía. Quizá pudo evitarse este debate entendiendo que el “idioma incluyente” no se consigue separándonos a “unos” de las “unas” y que nada genera más exclusión que comenzar a usar “títulos” por separados para ellos y ellas.
Foto por Tim Marshall cortesía de https://unsplash.com/