Por estos días me encuentro recorriendo la senda de ser papá, una tarea que ha resultado particularmente difícil en horas de la noche, cuando tanto la mamá como yo debemos interrumpir el sueño cada 3 o 4 horas para alimentar a nuestra bebé. Sin embargo, no es esa la parte difícil. Lo difícil es ayudar a la bebé a conciliar el sueño después que ha comido, especialmente si complementamos la leche materna con alguna leche artificial. Resulta que durante la ingesta de la leche vía biberón (o tetero), la bebé toma más aire del debido entre sorbo y sorbo y esos airecitos si no se sacan a tiempo, se transforman en cólicos durante su tránsito por el intestino. Son los temidos gases. Un buen amigo que ya ha recorrido dos veces una senda similar, me dijo “Cuando aprendas a sacarle los gases a la bebé, te habrás ganado el cielo”. Y como buen amigo, no me dijo cómo hacerlo, pero si me dejo lo suficientemente picado como para averiguar un poco más. Ya había tenido alguna inducción sobre el tema...
Desahogos sobre temas varios de nuestra vida cotidiana.