Ir al contenido principal

Compromisos y coherencia del gobierno Colombiano (COP26)

En la pasada Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático No. 26, celebrada en noviembre 2021 (COP26), Colombia se comprometió a:

Reducir las emisiones de gases efecto invernadero en 51 % para el año 2030, ser un país carbono neutral para el año 2050.

Por esto, resulta un poco incoherente que en enero de 2022 se anuncie con bombos y platillos que:

El sector petrolero prevé que este año la inversión en exploración y producción de petróleo y gas ascenderá a los 4.400 millones de dólares, lo cual representa un aumento de 42 por ciento con respecto a lo registrado en el 2021.

Es cierto que Colombia tiene un aporte bajo de gases contaminantes respecto a otros países (solo produce el 0.6 %), pero no por eso debería fomentar la explotación de petroleo, principal elemento responsable de la generación de estos gases, para su uso no solamente en Colombia sino también en otros países de este pequeño mundo.

Ahora bien, no todo puede ser malo y algunas acciones y promesas resultan (por increíble que parezca) más coherentes.

Otro de los compromisos de Colombia en la COP26 fue el de:

Distinguirse por ser un país que tiene una acción frente la naturaleza positiva y que lo marca llegar a que el 30 % de nuestro territorio sea declarado como territorio protegido.

Haciendo eco a esas palabras, en 2021 se reportaron valiosas acciones en pro del medio ambiente, como por ejemplo: 

  • La siembra de más de 100 millones de árboles.
  • La reducción de la deforestación en los departamentos de Meta, Caquetá y Guaviare. 
  • La restauración de 1904 hectáreas en siete complejos de páramo, así como 200 hectáreas de arrecife coralino en la isla de San Andrés y sus alrededores.

Dice el refrán que el que peca y reza empata, pero también es sabido que el camino al infierno está tapizado de buenas intenciones. Así que a exigir a nuestros mandatarios y a cada uno de nosotros, el dejarnos de buenas intenciones y mostrar más acciones coherentes respecto a los compromisos en favor del planeta. No va a ser fácil, pero mientras antes comencemos, mejor.

Referencias:

Los compromisos del Gobierno colombiano en la COP26 

Las petroleras prevén subir la inversión un 42 % en el 2022 

2021, un gran año para el sector ambiental 

Imagen tomada de needpix.com

Comentarios

  1. La coherencia es lo más escazo en los nuevos candidatos, y por supuesto en el gobernante actual, pero de ese ya no vale la pena hablar. Buenos datos!!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Sermones eternos o breves, ¿qué prefieres?

El Papa Francisco durante su pontificado ha impulsado diversos cambios en los lineamientos de la Iglesia Católica. Una de sus “menores” (o “mejores” según se vea) propuestas la hizo el pasado 12 de junio, cuando aconsejó a los sacerdotes limitar la duración de los sermones durante las ceremonias litúrgicas a 8 minutos o menos. ¡Y vaya cambio! Antes de continuar, un brevísimo interludio para ponernos en sintonía y entender de qué va este cuento. Nos referimos por “sermón” a aquella reprimenda, discurso y/o conferencia, a veces incluso con aviso parroquial incluido, que se da en Misa luego de la lectura del Evangelio y que tiene por objetivo, en palabras del propio Papa Francisco, “ trasladar la Palabra de Dios del libro a la vida ” (citado de este artículo de aciprensa.com ). Aclarado este punto, continuemos... Recientemente estuve en la Basílica del Señor de los Milagros de Buga, en el departamento del Valle del Cauca en Colombia. Durante la Misa, pude constatar como esta directr...

De victorias, derrotas y recuentos

Recientemente vi una noticia que me transportó a una tarde, hace mucho tiempo, cuando era más joven y contaba con menos canas (y no es que ahora tenga muchas tampoco). Esa tarde estaba en el colegio, en décimo de bachillerato, en una clase de matemáticas o estadística, los detalles son algo nebulosos. Lo que si tengo claro, fue lo que aconteció. Esa tarde nos entregaron los resultados de un examen escrito y cuando el profesor me llamó por mi apellido, cual era la costumbre de entonces como si estuviéramos en una academia militar y no lo estábamos, fui juicioso a recoger el examen y recibir así mi glorioso 8.5 (sobre una calificación de 10). Como era de esperarse no cabía de la dicha pues muchos habían reprobado el examen. Entre ellos, uno de mis amigos, a quien llamaremos Marroquín, y si, me lo acabo de inventar porque su verdadero nombre está entre los muchas detalles nublados de aquellos recuerdos. Como sea, Marroquín reprobó con un misero 2 y estaba, como muchos otros, muy inconfo...