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Los 4 fundamentos del yo sano

Recientemente tuve la oportunidad de asistir a una charla sobre  “los secretos de los padres que crían hijos felices” y aunque creo que en estos tiempos pos pandemia volver a ese vieja realidad de charlas presenciales puede parecer obsoleto, debo reconocer que el impacto es mucho mayor y que el mensaje se transmite mucho mejor que a través de la pantalla de un celular o de un portátil. Como fuere, la charla nos condujo a la conclusión de que la mejor forma para tener hijos felices es ser padres efectivos y un paso más que necesario para lograr esa meta es el de tener un “yo” sano, emocionalmente hablando (la parte física por supuesto también es importante y necesaria, pero ese apartado no estuvo dentro del alcance de la charla).

Así las cosas, la conferencista Claudia Denisse Flechas nos hizo la presentación de los 4 fundamentos del yo sano. Vamos, que esto no se trata de una nueva ideología o teoría cuántica que va a revolucionar nuestra concepción del Universo o tal vez si, ve tú a saber. Estos fundamentos se conocen hace ya mucho. Los conocemos todos pero parece que entre la urgencia y el agite de cada día, olvidamos estas nociones básicas de vida.

Así que ¿cuáles son esos fundamentos?

  • Confianza. Esto es, tu capacidad para sentirte bienvenido, aceptado y protegido, sea en tu entorno familiar o laboral. No hay distinción, puedes tener confianza en casa pero si no la tienes en la oficina, la balanza no estará balanceada y la vasija de tu “yo” confiado no estará lo suficientemente llena.
  • Pasión. Esta es la que nos da ese impulso para emprender cada tarea con ganas, con gusto y con energía, la que nos lleva a desarrollar la creatividad en cada cosa que hacemos. Que el cansancio no te quite la pasión para emprender tus actividades, sean las de siempre o (mejor aún) nuevas. En mi caso particular, esta sería una de las que más debo trabajar y poder mantener llena esa vasija de mi “yo” apasionado.
  • Valía. Aquí nos toca mirarnos al espejo, porque esta nos hace cuestionarnos cómo nos vemos a nosotros mismos, que tan valiosos nos sentimos, que tan resilientes somos ante los fracasos y ante los éxitos también. Que la vanidad y el orgullo no nos confundan, la valía y la humildad van de la mano. ¿Nos sentimos capaces, apreciados y reconocidos?, si es así, esta vasija estará a rebosar para bien.
  • Conexión. Si antes miramos hacia adentro, esta nos invita a mirar hacia afuera, a nuestro vinculo con los demás, con nuestra familia, compañeros de oficina y amigos. A desarrollar la empatía y ponernos en el calzado de los demás. ¿Qué necesitamos para llenar esta vasija? Bueno, en las memorables palabras de John Lennon, “todo lo que necesitas es amor”.

Y bien, estos son. 4 fundamentos básicos, cada uno representado en 4 vasijas que cuando están llenas nos permiten estar en sintonía con Dios y el Universo y todo fluye, como la corriente del río que busca al mar. Y como tal, la vida no es estática, siempre está en movimiento, de forma que estas vasijas se mueven y se vacían de a poco. Es nuestra tarea llenarlas nuevamente, mantenerlas a ras para mantener ese “yo” sano que tanto anhelamos.

¿Qué tan difícil puede ser?

Imagen cortesía de https://www.freeimages.com/download/jaque-1308710

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