Ir al contenido principal

Las necesidades de muchos

 En la edición de El Tiempo de julio 13 de 2021 se publicó la siguiente noticia relativa a la vacuna monodosis de Jansenn contra el COVID-19:

Estados Unidos avisó este lunes de un posible vínculo entre la vacuna contra el covid-19 de Janssen, filial de la multinacional estadounidense Johnson & Johnson, y el síndrome de Guillain-Barré, en el que el sistema inmune ataca los nervios.

Más adelante, la nota “minimiza” las consecuencias de esta relación, citando que:

También insistió en que los beneficios de recibir la vacuna contra el covid-19 son mayores que los riesgos.

Algo similar ocurrió con la vacuna de AstraZeneca, de la que el mismo informativo publicó en abril 15 de 2021, que:

Una proteína denominada factor plaquetario 4 o FP4 es la que habría podido originar los trombos desarrollados por 16 personas en Alemania, Austria y Noruega, después de ser vacunados con el suero de AstraZeneca.

Es decir, se confirmó la relación entre la vacuna AstraZeneca y un potencial riesgo para la salud de algunas personas. Pese a eso, la misma nota de nuevo enfatiza que:

Sin embargo, el estudio -de la Universidad de Oslo- apunta que dado que los cinco casos se registraron entre más de 130.000 personas vacunadas, se trata de una reacción poco frecuente.

Es decir, dan validez a aquel celebre dialogo de la película Star Trek II: La ira del Khan, en donde Kirk y Spock dicen:

Las necesidades de muchos anteceden a las necesidades de pocos, incluso a las de uno mismo.

En este momento histórico, donde una pandemia amenaza de muerte a millones de personas en todo el planeta, se requieren con urgencia de vacunas que ayuden a inmunizar a la mayor cantidad de personas (más del 70% como mínimo, según algunas estadísticas conocidas) para lograr así la llamada “inmunidad de rebaño” y frenar el avance de este virus. Se entiende que por esta razón se hayan agilizado los procesos y “ajustado” los protocolos para liberar estas vacunas tan rápido como sea posible. Sin embargo, deberían también agilizarse procedimientos que permitan determinar si una persona puede ser afectada de gravedad por aplicarse alguna de estas vacunas. Y es que no estamos hablando de una fiebre o dolor de cabeza intenso, hablamos de trombos y de una rara enfermedad que afecta los nervios y cualquiera de ellas puede llevar a la muerte. Resulta paradójico como buscando escapar a la muerte por COVID, algunos la encuentren por aplicarse una vacuna, cualquiera sea el laboratorio que la produzca. Tengamos en cuenta además que ya en muchos países se está volviendo obligatorio su aplicación.

Para quienes han perdido un familiar por cuenta de haberse aplicado una vacuna de estas (y los hay), eso de que “los beneficios son mayores que los riesgos” no va a ser de ningún consuelo. ¿Y entonces? ¿Justificaremos a Maquiavelo y dejaremos que el fin justifique los medios, o nos superaremos como sociedad exigiendo garantías para la supervivencia incluso de aquellos que son minoría?

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sermones eternos o breves, ¿qué prefieres?

El Papa Francisco durante su pontificado ha impulsado diversos cambios en los lineamientos de la Iglesia Católica. Una de sus “menores” (o “mejores” según se vea) propuestas la hizo el pasado 12 de junio, cuando aconsejó a los sacerdotes limitar la duración de los sermones durante las ceremonias litúrgicas a 8 minutos o menos. ¡Y vaya cambio! Antes de continuar, un brevísimo interludio para ponernos en sintonía y entender de qué va este cuento. Nos referimos por “sermón” a aquella reprimenda, discurso y/o conferencia, a veces incluso con aviso parroquial incluido, que se da en Misa luego de la lectura del Evangelio y que tiene por objetivo, en palabras del propio Papa Francisco, “ trasladar la Palabra de Dios del libro a la vida ” (citado de este artículo de aciprensa.com ). Aclarado este punto, continuemos... Recientemente estuve en la Basílica del Señor de los Milagros de Buga, en el departamento del Valle del Cauca en Colombia. Durante la Misa, pude constatar como esta directr...

Los 4 fundamentos del yo sano

Recientemente tuve la oportunidad de asistir a una charla sobre  “ los secretos de los padres que crían hijos felices ” y aunque creo que en estos tiempos pos pandemia volver a ese vieja realidad de charlas presenciales puede parecer obsoleto, debo reconocer que el impacto es mucho mayor y que el mensaje se transmite mucho mejor que a través de la pantalla de un celular o de un portátil. Como fuere, la charla nos condujo a la conclusión de que la mejor forma para tener hijos felices es ser padres efectivos y un paso más que necesario para lograr esa meta es el de tener un “yo” sano, emocionalmente hablando (la parte física por supuesto también es importante y necesaria, pero ese apartado no estuvo dentro del alcance de la charla). Así las cosas, la conferencista Claudia Denisse Flechas nos hizo la presentación de los 4 fundamentos del yo sano . Vamos, que esto no se trata de una nueva ideología o teoría cuántica que va a revolucionar nuestra concepción del Universo o tal vez si,...

De victorias, derrotas y recuentos

Recientemente vi una noticia que me transportó a una tarde, hace mucho tiempo, cuando era más joven y contaba con menos canas (y no es que ahora tenga muchas tampoco). Esa tarde estaba en el colegio, en décimo de bachillerato, en una clase de matemáticas o estadística, los detalles son algo nebulosos. Lo que si tengo claro, fue lo que aconteció. Esa tarde nos entregaron los resultados de un examen escrito y cuando el profesor me llamó por mi apellido, cual era la costumbre de entonces como si estuviéramos en una academia militar y no lo estábamos, fui juicioso a recoger el examen y recibir así mi glorioso 8.5 (sobre una calificación de 10). Como era de esperarse no cabía de la dicha pues muchos habían reprobado el examen. Entre ellos, uno de mis amigos, a quien llamaremos Marroquín, y si, me lo acabo de inventar porque su verdadero nombre está entre los muchas detalles nublados de aquellos recuerdos. Como sea, Marroquín reprobó con un misero 2 y estaba, como muchos otros, muy inconfo...